Prioridad: el ocio ...
Con sus suaves temperaturas, Marrakech tiene bien merecido su estatus de destino fetiche y privilegiado para los amantes del descanso, del bienestar y de la relajación.
"Nadar"
Nada más deshacer las maletas, sumérjase sin complejos en la piscina de su hotel. En la mayor parte de los establecimientos, encontrará piscinas espaciosas donde podrá gozar de las saludables y relajantes sensaciones que brinda un buen chapuzón. Sin olvidar el parque acuático con sus toboganes, su inmensa piscina de olas y sus dos lagunas infantiles. Todavía más insólito a esta distancia de la costa: disfrute en plena ciudad de una bonita playa con tumbonas y camas balinesas, sin olvidar los espacios donde se ofrecen todo tipo de servicios de restauración.
"Tratamientos para todos"
Si viaja en familia y con niños, ¿por qué no aprovechar para disfrutar de la balneoterapia? Mientras goza en total tranquilidad de sus tratamientos, los niños quedan a cargo de animadores competentes y disfrutan de las inmensas piscinas o de las múltiples actividades propuestas en cada establecimiento. Si prefiere no abandonar la ciudad, opte por uno de los baños tradicionales de Marrakech, puesto que a veces es posible encontrar spas dentro de las riads. Sométase con gusto a la exquisita suavidad de los tratamientos y de los ritos de belleza orientales para recuperar energías.
Marrakech ofrece placeres sencillos a aquellos que se dejan guiar por el deseo de descubrir y de encontrar.
"Las fuentes de frescura"
El palmeral de Marrakech es un lugar que no puede ni debe perderse. Puede realizar un circuito en coche de unos 20 km para recuperar fuerzas en este rincón de exuberancia. A bordo de una calesa, acuda a refrescarse al borde del gran estanque de la Menara e igual que hace la gente del lugar, no dude en tomar una cesta llena de viandas tradicionales para gozar de una comida de campo. El jardín Majorelle, por su parte, es famoso por su colección de plantas, así como por su diseño de estilo Art decó. No dude en pasear sin rumbo rodeado por su elegancia refinada. Más hacia el interior, podrá recorrer a pie el valle del Ourika, conocido por sus bonitos cultivos dispuestos en damero. Por último, Oukaimeden, estación de esquí muy frecuentada en la temporada invernal, se convierte en verano en lugar de refugio para los habitantes de Marrakech en busca de un poco de frescura.
"Bajo las estrellas"
En Marrakech, en otoño, no se pierda por nada del mundo el Festival Internacional de Cine que gana prestigio con cada edición. El cine ocupa un lugar de honor en un país donde se ruedan multitud de largometrajes. Así pues, es posible que se cruce con alguna que otra estrella de cine en un ambiente vacacional relajado y sereno.