Aunque los orígenes de nuestro municipio se sitúan en el asentamiento árabe compuesto por dos alquerías que estaban separadas por un kilómetro, se han hallado restos de objetos, utensilios y enterramientos del Neolítico, Edad del Cobre y de la época visigoda que corroboran su existencia anterior.
Su topónimo proviene del vocablo latino Hortum Sacrum, que al traducirse al árabe se queda en Ortexica y más adelante Oxijar. Una vez acontecida la rebelión de los moriscos y la reconquista cristiana, las dos alquerías denominadas Ogíjar Alto y Ogíjar Bajo, se unieron en lo que se conoce hoy como el término municipal de Ogíjares. A partir de este momento el desarrollo y crecimiento ha sido paulatino. Al igual que muchas localidades cercanas, ha experimentado una ampliación más acentuada en las últimas décadas, convirtiéndose en ciudad dormitorio de la cercana Granada.
Ogíjares fue durante muchos años un pueblo agrícola, pero su cercanía a la capital de la provincia ha hecho que, poco a poco, sus habitantes se dediquen principalmente al sector de los servicios.
Nuestras tierras, atravesadas por el Barranco de la Ricla, más conocido como Barranco Hondo, y muy cercanas al cauce del Río Dílar, ya fueron habitadas, como se ha comentado antes, en tiempos prehistóricos. Prueba de ellos son los restos encontrados en los yacimientos arqueológicos del Cerro de San Cristóbal y el Barranco Hondo.
El patrón de Ogíjares es San Sebastián, y cada año en su festividad, el 20 de Enero, se procesiona la imagen escultórica que se ubica en la Iglesia de Nuestra Señora de la Cabeza (Iglesia del Lugar Alto), por las calles de la localidad.
Entre la primera y la segunda semanada de septiembre se celebran las Fiestas Populares en honor al Santísimo Cristo de la Expiración, que es procesionado coincidiendo con el Domingo de las Fiestas (penúltimo día de celebraciones). Es tradicional en nuestra localidad celebrar las festividades con el lanzamiento de numerosos fuegos artificiales. Durante los 5 días en los que se dan estas fiestas, hay una gran variedad de actividades para todas las edades, como la fiesta de la espuma, teatros, manualidades, exhibición de coches y muchas más. También cuentan con la presencia de un "trenecito" que está en funcionamiento durante el día para que, tanto residentes como visitantes, disfruten de un agradable paseo por las calles del pueblo. Sin faltar, por supuesto, la verbena por las noches, en la que con la compañía de varias orquestas, la gente baila y disfruta hasta altas horas de la madrugada.
También se celebran fiestas populares comunes a otras localidades como el Día de Andalucía (28 de Febrero), el Día de la Cruz (3 de mayo), etc.
En nuestro pueblo lo más destacado de la gastronomía son los postres, que han llegado a nuestros días de generación en generación. Entre lo más tradicionales destacamos:
Además de los postres, entre nuestros platos típicos es muy conocida la sopa granadina, que se puede acompañar con patatas a lo pobre y carnes como las chuletas de cordero, el conejo y los rodillos de ternera. También de cuchara es el plato típico del potaje de garbanzos y trigo. Otra de las recetas de nuestro municipio es los guisantes finos a la granadina y el jamón asado.
Son dos las iglesias con las que cuenta nuestro municipio, ambas símbolo de nuestra historia y muy conocidas en el ámbito artístico, por ello se les ha dedicado un apartado especial.
Situada en el Barrio Bajo y declarada Monumento Histórico Artístico es un templo de tipología mudéjar que se erigió a mediados del siglo XVI sobre un portal-iglesia, pequeño recinto religioso creado para satisfacer inmediatas exigencias de culto y evangelización, que sustituyó a una mezquita preexistente siendo declarada Bien de Interés Cultural por el decreto de 23 de noviembre de 2004.
Fue consagrada a la advocación de Santa Ana y situada en el Lugar Bajo. Conserva en su interior un magnífico retablo de Diego de Pesquera (escultor español de la segunda mitad del siglo XVI) que está incompleto, ya que la parte restante se encuentra exhibida en el Museo Metropolitano de Nueva York. Esta parte se trata de una alegoría de la Sagrada Familia.
El templo, que en origen tuvo una situación más bien periférica con respecto al casco histórico, ha adquirido un carácter de centralidad dentro de la nuevo realidad urbana de la población lo que supone un primer acercamiento de las personas con el municipio al llegar a este.
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Es la iglesia del barrio alto, la parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Cabeza, siendo edificada entre 1510 y 1553.
Cabe destacar el valor artístico de las pinturas que se pueden admirar en este templo y que datan de los siglos XVI al XVIII, contando, además, con varias tallas de San Francisco de Asís y San Juan Evangelista, realizadas en el sigo XVII por el círculo de Alonso de Mena. Es de estilo mudéjar con toques renacentistas. Se estructura en una sola nave y coro. Del exterior resaltan las portadas compuestas por arcos de medio punto y una torre de ladrillo.
Fue declarada como Bien de Interés Cultural, equiparándose a su hermana del Barrio Bajo, en el decreto de enero de 2006.
La iglesia ha funcionado históricamente como foco generador de importantes espacios públicos, como la Plaza Alta donde se ubica, desarrollándose a lo largo del tiempo un esquema circulatorio de comunicaciones en forma radial, teniendo el punto de partida en la plaza, constituyéndose junto con la Iglesia el centro histórico del municipio.
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