Actualmente, los colores al oleo se comercializan prefabricados en tubos, aunque a menudo tienden, con el tiempo, a estropearse a causa de una excesiva cantidad de oleo y de cera que se les añade para evitar su rápida desecación.
Para conseguir colores más transparentes, y evitar así que determinados tintes, como el blanco, el verde y el azul, se vuelvan opacos, se suele añadir a los óleos grasos habituales, que producen una materia densa y viscosa, algunos oleos disolubles, también llamados oleos esenciales (uno de los más usados es la esencia de trementina).
Una vez finalizada la pintura, es habitual pasarle una capa de barniz protector, que también puede usarse para dar más brillo al color o se puede aplicar entre las dos capas de color para evitar que el óleo de la capa superior, al pasar a la capa inferior, se seque y se estropee. Los barnices finales, cuando se secan, forman una película transparente.
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